Durante las últimas jornadas hemos podido observar el devastador efecto que está teniendo el coronavirus en los mercados financieros, afectando también a nuestros fondos con caídas irracionales de más del 20%. Queríamos aprovechar este momento de pánico generalizado para transmitir nuestra tranquilidad, explicar brevemente cómo vemos y vivimos estas caídas y nuestra confianza en los gestores.
El miedo es el mayor enemigo del ser humano, episodios como el coronavirus hacen que nuestro cerebro deje de utilizar su parte racional, el efecto manada se activa, es difícil no entrar en pánico y mantenerse contracorriente.
Un fondo de inversión cotiza de manera diaria, ello tiene la ventaja de proporcionar una gran liquidez, pero tiene el inconveniente de mostrar las fluctuaciones del mercado. La irracionalidad del mercado se materializa en lo que se llama volatilidad. En momentos de caídas, el mercado nos pone a prueba, ya que lo que vemos es que el precio de nuestra inversión decrece.
Creemos que es importante recordar que estamos invertidos en empresas y negocios reales: con clientes, proveedores, resultados… Empresas con negocios estables que han sido analizadas en múltiples ocasiones por nuestros gestores y sus equipos, que siguen creciendo y cada día valen más.
Igual que nadie piensa que la frutería de su esquina vale un 20% menos o que la casa donde vive ha bajado en ese porcentaje por el impacto de un virus, nuestros negocios no valen un 20% menos. Tarde o temprano el mercado reconocerá su valor real.
Está claro que habrá un impacto en la economía en este primer trimestre de 2020 (y puede que también en parte del segundo) y que ese impacto será desigual según las medidas que se tomen (cierres de fábricas, consejos de no viajar a un país determinado…) y desigual por sectores (turismo, viajes…). Pero lo que está claro es que en ningún caso parece que vayamos a tener un impacto estructural a largo plazo. El coronavirus pasará tarde o temprano, tal y como ha sucedido con otras epidemias anteriormente vividas. La normalidad se recuperará.
No es la primera ni la última vez en la que los mercados caen de manera irracional y luego vuelven a recuperarse. Lo importante, para estar invertido en renta variable, es tener claro que uno no necesita el dinero en el corto plazo. La paciencia es clave en este tipo de inversión.
Estas caídas irracionales de los mercados hacen que surjan oportunidades de compra. En estos los dos primeros meses de 2020 hemos podido comprobar que nuestra base de 791 clientes es muy sólida: hemos crecido en 21 clientes y nuestro patrimonio ha tenido suscripciones netas positivas. Nos alegra comprobar que muchos de ustedes siguen aportando de manera periódica, y que aquellos con liquidez han podido aumentar sus posiciones en las últimas jornadas, beneficiándose del descuento que ofrece ahora el mercado.
Queremos agradecer a todos ustedes su paciencia, por experiencia propia, sabemos que no es fácil ir a contra corriente.
Nos gustaría poder estar cerca de ustedes, compartir nuestra experiencia y la información de la que podamos disponer.